La casa está localizada en la ciudad de Bento Gonçalves, región serrana de Río Grande do Sul, Brasil, en un área que originalmente formaba parte de un sitio rural.
La propuesta fue desarrollada para una pareja que recibiría, eventualmente a sus tres hijos. El terreno, casi un cuadrado 32 x 30 metros tiene topografía plana quebrada por un suave desnivel en el límite norte. Junto a esa irregularidad natural, un conjunto de araucarias, especie nativa de la región serrana, configuran el paisaje.
La casa es un rectángulo de 9 x 27 metros en hormigón armado, separada del suelo en un desnivel suave de 0,90 metros. El programa se organiza en dos niveles. En la planta baja elevada, la terraza en “L” conforma los accesos y la integración con el patio al fondo.
Internamente la circulación principal avanza desde el acceso hasta la suite principal, pasando por el sector de servicios, social y privada al fondo. En el otro nivel, en semi-subsuelo, se encuentran la cochera y la bodega.
Complementando el programa, un anexo abriga el horno a leña, el baño y el volumen del tanque de agua. La fachada Sur, volcada para la calle, establece por el ritmo de las aberturas un grado de privacidad en los diferentes sectores: permeabilidad total en el acceso, controlada en el área social y hermética en la íntima. En la parte norte, aprovechando las mejores visuales, paneles vidriados establecen la conexión del interior con el jardín.
Los materiales empleados fueron hormigón armado, muro revocado y escuadrías de aluminio con vidrio termo-acústico y rejas metálicas corredizas. La disposición espacial del programa, sintetizada por la barra desprendida del suelo, logra nuevos puntos de vista sobre el paisaje, respetando su escala, con mínima interferencia para la ciudad.
Por David Basulto.
Más información, imágenes y planos en:
Casa Bento Golçalves
La propuesta fue desarrollada para una pareja que recibiría, eventualmente a sus tres hijos. El terreno, casi un cuadrado 32 x 30 metros tiene topografía plana quebrada por un suave desnivel en el límite norte. Junto a esa irregularidad natural, un conjunto de araucarias, especie nativa de la región serrana, configuran el paisaje.
La casa es un rectángulo de 9 x 27 metros en hormigón armado, separada del suelo en un desnivel suave de 0,90 metros. El programa se organiza en dos niveles. En la planta baja elevada, la terraza en “L” conforma los accesos y la integración con el patio al fondo.
Internamente la circulación principal avanza desde el acceso hasta la suite principal, pasando por el sector de servicios, social y privada al fondo. En el otro nivel, en semi-subsuelo, se encuentran la cochera y la bodega.
Complementando el programa, un anexo abriga el horno a leña, el baño y el volumen del tanque de agua. La fachada Sur, volcada para la calle, establece por el ritmo de las aberturas un grado de privacidad en los diferentes sectores: permeabilidad total en el acceso, controlada en el área social y hermética en la íntima. En la parte norte, aprovechando las mejores visuales, paneles vidriados establecen la conexión del interior con el jardín.
Los materiales empleados fueron hormigón armado, muro revocado y escuadrías de aluminio con vidrio termo-acústico y rejas metálicas corredizas. La disposición espacial del programa, sintetizada por la barra desprendida del suelo, logra nuevos puntos de vista sobre el paisaje, respetando su escala, con mínima interferencia para la ciudad.
Por David Basulto.
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